Marca y logo son dos de los elementos más importantes a considerar al momento de concebir una empresa que tenga solidéz. Ambos son importantes en la creación de un perfil definido con el que lograr la tan deseada identificación del cliente con el producto. Sin embargo existen algunas otras herramientas útiles para lograr este importante objetivo.
Deseable, esa debe ser la sensación que debe despertar un producto, de forma que el consumidor lo necesite y deba tenerlo en las manos. Para ello se debe contar con estrategias de negocios que saquen provecho incluso de elementos que no resulten tan claves, de modo que un envase o una etiqueta puedan despertar el interés. Se trata de una estrategia pensada en la quenada quede al azar, desde el logo hasta el puesto de un producto en la estantería.
Valores sociales y producto deben ser compatibles, lo que proporciona bases estables a la marca, pues la sociedad sólo asume aquello que le es afín. Por esta razón, renvaciones y cambios sólo deben ser planteados en el caso que se cuente con un experto en el manejo de los mismos, de manera que no se alteren las conexiones y menos los valores que se consideraron presentes en un lanzamiento inicial. El producto es reflejo de la identidad del fabricante, y no es lógico para nadie, menos los consumidores, que esta cambie constantemente.
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